Vivir conscientemente es detenerse un momento para mirar la vida de frente. Es elegir estar presentes, valorar lo que somos y agradecer lo que tenemos.
En este tiempo en que recordamos a quienes han partido, también rendimos homenaje a la vida misma: la que hoy respiramos, sentimos y compartimos. A veces, basta con volver a lo esencial para encontrar paz y propósito.
Vivir conscientemente también implica mirar hacia adentro y cultivar lo que nos sostiene: el cuidado personal, la gestión del tiempo, el servicio a los demás, la aceptación del cambio y la capacidad de dejar ir. Cada uno de estos aspectos nos invita a reencontrarnos con lo que realmente importa y a fortalecer el vínculo con nosotros mismos, con los demás y con la vida.
Cuidarte también es amar.
El cuidado personal no es egoísmo; es respeto por la vida que te habita. Dormir bien, alimentarte con calma, hacer pausas y escuchar tu cuerpo son actos sencillos que transforman tus días.
Como decía Louise Hay, “Amarse a uno mismo es el comienzo de un romance eterno.”
Ese amor propio se refleja en cómo te hablas, cómo te tratas y cómo eliges cuidar tu bienestar. Antes de dormir, agradece tres cosas de tu día: el descanso será diferente.
El tiempo: tu tesoro más valioso.
Nada regresa, y eso lo hace sagrado. Vivir conscientemente también es aprender a usar el tiempo con propósito.
Pregúntate: ¿Qué momentos quiero guardar en mi memoria? ¿Qué personas merecen mi atención plena?
Limita las distracciones, organiza tus prioridades y dedica espacio a lo que realmente te nutre. El escritor Stephen Covey recordaba: “Lo más importante nunca debe quedar a merced de lo menos importante.” Dedica cada semana un momento solo para ti: leer, caminar, contemplar o simplemente estar en silencio.

Servir: cuando ayudar también te sana.
Ayudar a otros es una de las formas más profundas de sanar el alma.
Servir no siempre significa grandes gestos: escuchar, acompañar o dar un consejo también es servir.
El Papa Francisco lo resume con sencillez: “El servicio es la piedra angular de la felicidad humana.”
Cada acto de bondad, por pequeño que sea, deja una huella que trasciende. Ofrece tu ayuda sin esperar nada a cambio; a veces, ese gesto transforma más de una vida, incluida la tuya.
Aceptar y cambiar: dos lados de una misma verdad.
Aceptar no es rendirse, es abrir el corazón al presente tal como es.
Todo lo que llega enseña, y todo lo que se va libera.
Eckhart Tolle lo expresa así: “Aceptar el momento presente es la base de toda transformación.”
Cuando aprendemos a fluir con la vida, dejamos de pelear con lo que no controlamos y ganamos paz. Si algo te pesa, respira y repite: “Esto también pasará.” Y suelta un poco.
Dejar ir: el arte de agradecer y continuar.
Soltar no es olvidar; es reconocer, honrar y seguir.
En este tiempo en que recordamos a quienes partieron, aprendemos que el amor no se acaba, solo cambia de forma.
Paulo Coelho escribió: “Cuando dejas ir, creas espacio para que algo nuevo llegue.”
Desprenderse es permitir que la vida siga su curso y confiar en que cada cierre abre una nueva puerta. Escribe una carta a lo que deseas soltar, léela en silencio, agradece y guárdala o quémala con intención de liberar.
Una invitación para el alma.
Vivir conscientemente es una elección diaria: cuidar lo que somos, valorar lo que tenemos y compartir lo que llevamos dentro. Hoy, más que nunca, celebremos la vida con presencia, amor y gratitud. Celebra la vida. Vive conscientemente.
Recomendaciones para continuar tu camino:
📚 El poder del ahora – Eckhart Tolle
📘 Los siete hábitos de la gente altamente efectiva – Stephen Covey
💗 Sana tu vida – Louise Hay
🌿 Prácticas de mindfulness o meditación guiada (YouTube o Spotify)
☀️ Rutinas de autocuidado y gratitud diaria

Sigue conectando con nosotros para más reflexiones e inspiración acá en nuestro blog en www.funerariaelcristo.com. ¡Celebra la vida desde lo más profundo de tu ser!



